¡AY DE MÍ SI NO ANUNCIO LA
PALABRA DE DIOS!
"Te encarezco en presencia de Dios y de Cristo Jesús, que con urgencia prediques la Palabra de Dios; que lo hagas a tiempo y fuera de tiempo, cuando convenga y cuando no convenga. Convence, aconseja, reprende si es necesario, insta a hacer el bien; y en todo tiempo, con paciencia, proporciona a tu pueblo el alimento espiritual de la Palabra de Dios.”
2 Timoteo 4:1,2
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